El estilo nórdico, también conocido como estilo escandinavo, ha cautivado a muchas personas y profesionales del sector del Interiorismo y la Decoración gracias a su estética minimalista, funcionalidad y capacidad para crear espacios luminosos y acogedores. A estos tres aspectos para combinar diseño y practicidad, se le suma la serenidad y bienestar que transmite este estilo de decoración.
Las tendencias actuales combinan el minimalismo escandinavo clásico con detalles de otros estilos, como el bohemio o el estilo industrial, dando lugar a una estética que es a la vez moderna y acogedora. Este atractivo estético lo ha convertido en una referencia dentro del diseño de interiores moderno.
Origen del estilo nórdico.
El estilo nórdico surgió a principios del siglo XX en países como Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia, donde las condiciones climáticas y la escasez de luz natural durante gran parte del año influyeron en el desarrollo de un estilo de vida particular.
La necesidad de aprovechar al máximo la luz natural, crear espacios cálidos y priorizar la funcionalidad dieron lugar a este estilo, que enfatiza la simplicidad, la comodidad y la conexión con la naturaleza.
En los años 50, el estilo escandinavo comenzó a ganar visibilidad internacional gracias a la obra de diseñadores como Alvar Aalto y Arne Jacobsen, quienes contribuyeron a definir sus características distintivas. También aún hoy, artistas como Verner Panton, Greta Grosman o Kaare Klint siguen siendo grandes referentes en el mundo del diseño de interiores.
Dentro de un gran listado de profesionales de la Arquitectura y el Interiorismo destacar el papel que desempeñó la arquitecta Greta Grosman al otro lado del Atlántico. Debido al conflicto de la Segunda Guerra Mundial se trasladó desde la ciudad de Estocolmo a Estados Unidos, donde abrió una tienda y dio a conocer este estilo que se hizo muy popular sobre todo ente los actores y actrices de Hollywood.
Tendencias actuales en el estilo nórdico.
Con el auge de la sostenibilidad y el diseño consciente, el estilo nórdico ha ido evolucionando para incorporar materiales más ecológicos y éticamente responsables. Los muebles de madera certificada, el uso de textiles orgánicos y la reducción de plásticos son algunas de las medidas adoptadas en la decoración de interiores nórdica moderna.
El estilo nórdico actual se ve enriquecido con elementos decorativos que brindan personalidad y autenticidad al espacio. Es muy habitual encontrar en estos espacios decorados con este estilo piezas vintage y objetos de segunda mano, aportando un toque nostálgico y único al tiempo que fomentan una decoración más consciente y sostenible. La combinación de piezas nuevas con detalles antiguos ayuda a lograr ambientes con carácter y a evitar la uniformidad.
Características principales del estilo nórdico.
Los interiores nórdicos se caracterizan por líneas limpias y una estética sin excesos, donde cada objeto tiene una función específica. El mobiliario suele ser de diseño sencillo, con formas geométricas y suaves, lo que facilita un entorno equilibrado y armonioso. Dada la escasez de luz solar en los países nórdicos, este estilo busca maximizar la luz natural.
Las ventanas amplias y sin cortinas pesadas son comunes, y la iluminación artificial se utiliza con un tono cálido y acogedor, en lámparas de diseño sencillo, pero con estilo. Un claro ejemplo es la conocida como iluminación de acento que se caracteriza por resaltar ciertas zonas al tiempo que completan la iluminación principal.
Algunas de las tendencias principales en decoración nórdica incluyen el uso de una paleta repleta de colores neutros, dominada por el blanco, el gris, el beige y tonos tierra. Estos colores crean una sensación de amplitud y claridad en los espacios, algo fundamental en un estilo que surge en países con largas temporadas de oscuridad durante el invierno.
El color blanco, en particular, se utiliza para reflejar la luz natural y maximizar su efecto en el ambiente, logrando así interiores luminosos y vitales. Se pueden añadir toques de color mediante accesorios en tonos pastel, como azul cielo, verde menta o rosa suave.
Revestimientos y acabados en el estilo nórdico.
La incorporación de materiales naturales y sostenibles y el diseño multifuncional para optimizar el espacio en viviendas pequeñas también es una de las características esenciales del estilo nórdico.
En cuanto a los productos para revestimientos ligeros, el estilo nórdico suele optar por opciones naturales. Los suelos de madera clara como la de abedul o pino, y tonos como el blanco o gris, son muy comunes, ya que reflejan la luz y aportan calidez. También se utilizan revestimientos cerámicos en tonos neutros o claros en cocinas y baños, que son fáciles de mantener y refuerzan el aspecto limpio y ordenado de este estilo.
Los acabados suelen ser mate o con poco brillo, y a la hora de pintar las paredes se deben de elegir colores neutros. En algunos casos, se incorpora papel pintado con motivos naturales o geométricos en tonos suaves, que añade un toque decorativo sin restar simplicidad al ambiente.
La inclusión de otros materiales como los tejidos naturales y rugosos como el lino, la lana y el algodón en tonos neutros también aporta textura y calidez al ambiente, y contribuye a una atmósfera de bienestar y conexión con la naturaleza. Alfombras de lana, cojines de lino y mantas tejidas son algunos de los elementos que conforman este tipo de decoración. Los acabados mates o satinados, son los que predominan para que todo esté envuelto en un clima que transmita una sensación de calma y suavidad.
La relación del estilo nórdico con las buenas vibraciones.
El estilo nórdico no solo busca la estética, sino también el bienestar de las personas. Al priorizar la luz natural, los espacios despejados y el uso de materiales naturales, se crea un ambiente armonioso y equilibrado que invita a la tranquilidad y la calma.
La filosofía de este estilo está alineada con el concepto danés de “hygge”, que se refiere a la creación de un espacio cómodo y acogedor, donde uno pueda relajarse y disfrutar del momento presente.
Además, la decoración nórdica promueve el orden y la simplicidad, lo cual reduce la sensación de estrés visual y contribuye a una sensación de bienestar. Los espacios están diseñados para ser funcionales, permitiendo una circulación fluida y un ambiente organizado que invita a la relajación.
El papel de las plantas en el estilo nórdico.
El estilo nórdico fomenta una conexión con la naturaleza, no solo a través de los materiales utilizados, sino también mediante la inclusión de plantas y elementos naturales en la decoración.
Las plantas de interior ayudan a añadir color y vida a los espacios, y al mismo tiempo promueven una sensación de frescura y vitalidad. Este elemento natural es clave para romper con la frialdad que podría surgir del uso predominante de colores neutros, aportando así una textura visual adicional.
El estilo nórdico se ha convertido en un referente en la decoración de interiores gracias a su capacidad para crear espacios funcionales, luminosos y llenos de buenas vibraciones. Este estilo va más allá de la estética, buscando también un equilibrio emocional y una conexión con la naturaleza.
La versatilidad del estilo nórdico, sumada a su estética atemporal, hace que sea una elección excelente para una gran variedad de hogares y estilos de vida, y su compromiso con la sostenibilidad lo convierte en una tendencia en constante evolución.