Aunque en la década de los años 50 en Inglaterra ya se utilizaban las viejas fábricas abandonadas por parte de grupos de personas que promovían distintos movimientos culturales, el estilo industrial en la decoración de interiores como tal tiene su origen en las fábricas y almacenes de Nueva York durante los años 70.
En aquel tiempo, muchas fábricas cerraron sus puertas, dejando grandes espacios vacíos que pronto fueron ocupados por artistas y jóvenes creativos. Estos lugares, conocidos como lofts, mantenían sus características originales como techos altos, estructuras metálicas visibles, paredes de ladrillo visto y grandes ventanales.
Así nació el estilo industrial, un concepto que transformó espacios industriales en viviendas modernas sin ocultar su pasado funcional. Desde entonces, este estilo ha evolucionado y se ha convertido en una tendencia muy popular en todo el mundo, destacándose por su autenticidad y su capacidad para fusionar lo antiguo con lo moderno.
Profesionales de sectores como la arquitectura, la decoración y el interiorismo incluyen este estilo en muchos de sus proyectos. Las grandes posibilidades que ofrece al poder combinar lo nuevo con lo viejo lo hace muy interesante sobre todo para proyectos de restauración.
Características del estilo industrial.
El estilo industrial además se caracteriza por su enfoque en la funcionalidad y el uso de materiales crudos o sin pulir. Para mantener un equilibrio entre el uso de los distintos materiales hay que elegir los que vayan a ser más acordes con este estilo, pero por encima de todo los que nos vayan a resultar cómodos para el día a día. En la actualidad hay tantas opciones que resulta fácil escoger los más adecuados para nuestros espacios.
El uso de revestimientos ligeros y materiales expuestos es otra tendencia clave dentro del estilo industrial. Esta exposición de materiales constructivos como ladrillo visto, cemento y estructuras metálicas en lugar de ocultarlos, se destacan y se integran al diseño siendo uno de los sellos distintivos de este estilo:
El ladrillo visto es uno de los materiales emblema del estilo industrial. Si no es posible contar con paredes originales de ladrillo, se pueden usar revestimientos que imitan su textura y apariencia.
Las paredes o suelos de cemento pulido aportan ese toque crudo y sin tratar que tanto caracteriza a este estilo. El microcemento es una alternativa ligera y económica que también se utiliza para revestir paredes y suelos.
Para equilibrar la frialdad del metal y el cemento, se suele incorporar madera en tonos oscuros o envejecida. Este material añade calidez y textura, y combina perfectamente con otros elementos industriales.
Además de por los materiales, el estilo industrial se caracteriza por:
- Espacios abiertos. El estilo industrial suele ser sinónimo de espacios diáfanos, con una mínima cantidad de divisiones para crear ambientes amplios y fluidos. La sensación de amplitud es clave.
- Colores neutros. La paleta de colores predominante es neutra, dominada por tonos como el gris, blanco, negro y marrón. Estos colores evocan la naturaleza industrial de los edificios y ayudan a crear un ambiente sobrio y sofisticado.
- Elementos reutilizados. Mobiliario antiguo o reciclado, así como piezas recuperadas de fábricas o almacenes, son comunes en este estilo. Se apuesta por la sostenibilidad y por darle nueva vida a objetos y materiales que, de otra manera, quedarían en desuso.
- Texturas variadas. El juego de texturas es fundamental. Es frecuente ver una combinación de superficies rugosas, como ladrillo y hormigón, junto a materiales más lisos o brillantes como el vidrio o el metal.
Tendencias del estilo industrial
A lo largo de los años, el estilo industrial ha ido adaptándose a las nuevas corrientes decorativas sin perder su esencia. Podemos observar varias tendencias dentro de este estilo donde la presencia o no de los elementos decorativos tienen mucho peso.
Saber integrar en cada espacio los elementos adecuados como cuadros, textiles, mobiliario e iluminación así como la decoración con plantas, es sumamente importante para no desvirtuar el estilo industrial:
- Estilo industrial minimalista. Esta tendencia fusiona los principios del minimalismo con el diseño industrial. Se priorizan los espacios abiertos y despejados, con menos muebles, manteniendo solo lo esencial y eliminando cualquier elemento decorativo innecesario.
- Estilo industrial moderno. Aquí se combinan los materiales tradicionales del estilo industrial con acabados más sofisticados. Por ejemplo, se pueden encontrar detalles en cobre, oro o mármol, que añaden un toque de lujo sin romper la estética industrial.
- Estilo industrial escandinavo. Esta tendencia mezcla el minimalismo y los colores claros del diseño escandinavo con los materiales crudos y texturas propias del estilo industrial. Se trata de un estilo luminoso, acogedor y elegante.
Aunque los tonos fríos dominan este estilo, cada vez es más común ver elementos que aportan calidez, como maderas en tonos naturales y la incorporación de vegetación como plantas y flores tanto naturales como artificiales, que suavizan la estética dura del ambiente.
La utilización de puertas y mamparas divisorias
La inclusión de una parte de los elementos de este estilo en muchos interiores está muy de moda. Un claro ejemplo y uno de los recursos más utilizados para dividir espacios dentro del estilo industrial son las puertas enmarcadas en aluminio negro y las mamparas divisorias.
Estos elementos, además de cumplir su función práctica, refuerzan la estética del lugar. Las puertas más utilizadas en los espacios con estilo industrial son las puertas correderas.
Puertas correderas
Las puertas correderas de estilo industrial, por lo general, están hechas de metal, aluminio, hierro, acero o madera rústica. Suelen utilizarse para separar ambientes sin interrumpir la continuidad visual del espacio. Además, aportan un toque de robustez y funcionalidad que se ajusta perfectamente al concepto de este estilo.
Mamparas divisorias
Las mamparas de estilo industrial, con estructuras metálicas normalmente en color negro y grandes cristales, permiten crear separaciones ligeras y visualmente atractivas sin bloquear la luz ni la sensación de amplitud. Son ideales para dividir zonas en lofts o estudios sin renunciar a la idea de espacio abierto.
Colores y texturas
En el estilo industrial, los colores juegan un papel clave para crear esa atmósfera urbana y cruda que se busca. Los tonos neutros son la base, y las texturas contrastantes aportan dinamismo al espacio:
- Colores. Como mencionamos antes, los colores predominantes son el gris, negro, blanco y marrón. Sin embargo, es posible añadir pequeños toques de color a través de muebles, textiles o accesorios, como el verde oliva, azul petróleo o mostaza.
- Texturas. Las texturas rugosas de ladrillos y cemento se combinan con el metal liso de tuberías o vigas expuestas. La madera en bruto aporta contraste y suaviza los ambientes, mientras que el vidrio y el acero añaden un toque contemporáneo.
El estilo industrial en la decoración de interiores es un homenaje a la arquitectura y diseño de las antiguas fábricas y almacenes, adaptado para espacios modernos. Su combinación de materiales expuestos, colores neutros y piezas recicladas lo convierten en una opción atractiva y funcional para quienes buscan un ambiente urbano y contemporáneo.
Con la inclusión de puertas enmarcadas en aluminio y mamparas divisorias, y el uso de revestimientos ligeros, este estilo sigue evolucionando, manteniéndose como una de las tendencias más influyentes en el diseño de interiores.