Las oficinas son espacios de trabajo donde por lo general las personas pasan sentadas el mayor tiempo de las horas que dedican a su tarea diaria. Es por ello que para poder desempeñarla de forma adecuada, la silla de oficina se convierte en un elemento fundamental para que nos proporcione una postura cómoda.
La ergonomía es una disciplina científica multidisciplinar que estudia la adaptación del diseño en entornos de trabajo, las herramientas que se emplean y las tareas que se vayan a realizar. Su objetivo es lograr una mayor comodidad, eficacia y seguridad para los usuarios que ejercen un determinado trabajo en su relación con él, tanto a nivel físico como psicológico.
En el caso de las oficinas las mesas, sillones y sillas deben de ser ergonómicas para que cada persona pueda adecuarla a su posición particular. Con ello estaremos evitando que nos cansemos de manera excesiva y sobre todo que podamos sufrir lesiones a consecuencia de una mala postura mantenida durante mucho tiempo.
En el caso de las sillas de oficina para que estas se adapten a todo tipo de personas como ya hemos dicho es crucial que sean sillas ergonómicas. Además de ayudarnos a sentarnos de forma adecuada, su comodidad hace que el trabajo se desarrolle de manera más eficiente y productiva.
Elementos básicos de una silla ergonómica.
Para que una silla de oficina se la considere ergonómica debe de contar con una serie de elementos básicos. Estos pueden variar por los distintos diseños que el mercado ofrece, pero a grandes rasgos todas deberían contar con:
- Superficie antideslizante del asiento.
- Altura ajustable del asiento.
- Altura ajustable del respaldo.
- Ajuste de la inclinación del respaldo.
- Un giro de 360 grados.
- Un soporte de al menos 5 ruedas.
Con estos elementos nos aseguramos poder mantener una postura correcta, sobre todo si trabajamos frente a un ordenador. La posibilidad de regular altura, inclinación y poder girar nuestro asiento, así como poder desplazarnos sin necesidad de levantarnos para alcanzar cosas que están próximas es de suma importancia. Con el apoyo adecuado, una silla ergonómica puede prevenir el dolor de cuello, hombros y espalda, mejorando la concentración y el rendimiento laboral.
Características clave de una buena silla de oficina.
Al momento de elegir una silla de oficina, hay ciertos aspectos clave que se deben considerar para garantizar el confort y la salud del usuario. Antes de tomar una decisión, es importante considerar tanto las necesidades específicas del usuario como el presupuesto disponible. Algunas personas pueden requerir sillas con funciones avanzadas, como reposacabezas ajustables o soporte lumbar dinámico, mientras que otras podrían estar cómodas con un modelo más básico.
Tanto si se trata de sillas que tienen implementada la tecnología más avanzada como es el caso de las ergonómicas o de las más sencillas como son las sillas operativas de oficina, las principales características que destacan y que debe ser una prioridad a la hora de elegirlas, es que cuenten con:
- Respaldo y soporte lumbar ajustable. El respaldo de la silla debe ofrecer un apoyo adecuado para la parte baja de la espalda, una de las zonas más vulnerables durante el trabajo de oficina. También es importante que este se pueda bloquear para garantizar la seguridad. Por otra parte, un soporte lumbar ajustable permite personalizar la silla para que siga la curva natural de la columna de cada persona.
- Altura regulable. Una buena silla de oficina debe poder ajustarse a la altura del usuario y del escritorio. La posición ideal de los pies es que estos puedan descansar planos en el suelo, con las rodillas formando un ángulo de 90 grados.
- Reposacabezas ajustables. La cabeza y el cuello no deben de sufrir tensiones por lo que poder recostar la cabeza nos ayudará a mantener los músculos relajados.
- Apoyabrazos. Los apoyabrazos ayudan a reducir la tensión en los hombros y el cuello al proporcionar un lugar para descansar los brazos. Además, deben ser ajustables para adaptarse a la altura del escritorio y evitar que los brazos queden colgando.
- Movilidad. Las ruedas y la base giratoria son importantes para facilitar el movimiento en el espacio de trabajo sin necesidad de realizar esfuerzos adicionales que puedan tensionar la espalda.
- Materiales transpirables. El material de la silla es fundamental para evitar incomodidades. Las sillas de oficina suelen estar hechas de mallas o telas transpirables que permiten la circulación del aire, evitando el sobrecalentamiento y la acumulación de sudor.
Beneficios de una silla adecuada para la productividad.
Numerosos estudios han demostrado que el uso de sillas ergonómicas reduce las tasas de absentismo laboral causado por problemas de salud relacionados con malas posturas. De igual manera, al evitar el cansancio prematuro y mejorar la comodidad, las personas que trabajan en estos entornos están más propensas a mantenerse concentradas en sus tareas, ya que no están distraídas por dolores o molestias corporales.
Además, una postura correcta favorece la circulación sanguínea y reduce la fatiga, lo que aumenta el confort y da como resultado una mayor eficiencia en el trabajo.
De igual manera debemos elegir una silla ergonómica si teletrabajamos o lo hacemos de manera híbrida, ya que el espacio de trabajo de casa es igual de importante. Una buena silla de oficina no es solo una herramienta de trabajo, sino una aliada para mantener la salud y el bienestar en la vida diaria.